El
rezago educativo es un problema presente en toda América Latina y El Caribe
que, junto con retrasar los aprendizajes y motivar la deserción escolar, se
manifiesta en un menoscabo de la confianza y autoestima tanto de alumnos como
de profesores.
Contrariamente
a la tendencia tradicional de explicar el rezago educativo por los factores
extraescuela (pobreza, regímenes políticos desinteresados en la educación), en
estos casos las acciones buscan mejorar principalmente los factores
intraescolares. Para ello, han diseñado programas concebidos en forma integral,
que abordan desde los materiales y textos escolares, hasta la capacitación y
estímulos para los docentes, pasando por inversiones en infraestructura, fortalecimiento
institucional y mayor compromiso de la comunidad y de las familias con el
proceso educativo.
La
experiencia muestra que si bien estos programas no pueden resolver por sí solos
todos los problemas derivados del rezago educativo, sí pueden contribuir a
tender puentes para articular los sistemas educativos estatales, la red
pedagógica y los demás programas institucionales.
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